Mario Licon Cabrera translates poems by Michael Brennan

 

Mario Licón Cabrera (México, 1949) has lived in Sydney since 1992. His third collection of poetry, La Reverberación de la Ceniza was publshed by Mora & Cantúa Editores in 2005. His work features in an architecture and poetry installation, Metaphors of Space, at this year’s Sydney Writers’ Festival. He has translated the poetry of Dorothy Porter, Judith Beveridge, Peter Boyle, J.S. Harry, Robert Adamson, amongst other Australian poets, into Spanish. His collection, Yuxtas, a bilingual collection (Spanish/English), written with the assistance of a grant from the Australia Council for the Arts/Literature Board. These poems are selected translations from Michael Brennan’s latest collection, Unanimous Night, which is short-listed in the NSW Premier’s Literary Award.

 

Carta a casa /2
 
Llegó Noviembre.
Meses más cáldos en gestación,
bandejas con tuberculos a la vista, tulipanes,
azafrán, lirios, robustas y doradas ofrendas
limpias de la negra tierra del norte,
nombres tan brillantes y extraños como un rezo:
Azul Delft, Juana de Arco, Remembranza,
nombres, los misterios ordinaries,
La señora de John T. Scheepers, Groenlandia,
Perico negrot, El récord del portero,
cada quien a la espera de ásperas manos
para regresarlos a la tierra oscura,
para ser enterrados
en paciente incertidumbre,
y esperar
hasta el fin del invierno.

Letter home

November already.
Warmer months finding form,
trays of bulbs laid out, tulips, crocus,
lilies, fat and golden offerings
brushed clean of black northern earth,
names bright and strange as prayer :
Delft Blue, Jeanne d’Arc, Remembrance,
names, the ordinary mysteries,
Mrs John T. Scheepers, Groenland,
Black Parrot, Doorman’s Record,
each waiting for weathered hands
to give them back to blind earth,
to bury them
in patient unknowing,
and wait
until winter’s end.

 

Carta a casa /3
 
Debo decirles, que no hay nada como el hogar.
Ninguno de ellos piensa que soy un forastero.
Me reciben en sus casas con manos
toscas y me brindan deliciosos manjares.
Después de cada comida, ellos frotan mis cejas
y mi barba, y secan las lágrimas
que por meses han corrido por mis mejillas
al viajar de pueblo en pueblo.
Me dicen que ellos son forasteros aquí,
y en la fresca atmósfera nocturna
cuelgan sus palabras por tal cosa,
entre la suava caricia de la barba
y los tiernos ojos del más viejo de ellos.
Me dicen que pronto me dejaran,
pro que en su ausencia debo seguir con los banquetes
que alguien vendrá y yo debo recibirlo,
no debo hablar de más, pero sí alimentar al invitado
y después secar sus lágrimas. Antes de irme debo decirle
que está en su casa, que él aquí no es un forastero.
Ellos dicen, ninguno de estos es forastero.
Ellos dicen, que esperaran por mí en el próximo pueblo
con sus manos gentiles y sus alegres ojos,
que el tren me llevará allá, y en el camino
podré escuchar el llanto del hombre viejo
y dejar a la tierna noche tocar mi rostro,
podré recordar los manjares caseros,
y esperar a que el silencio tenga lo suyo.
Dicen, cuando nos encontremos en el próximo pueblo,
ellos me lo explicaran todo. bare

Letter home

I should tell you, it’s nothing like home.
Not one of them thinks of me as a stranger.
They welcome me to their houses with rough
hands and feed me delicious feasts.
After each meal, they stroke my eyebrows
and beard, and dry the tears
that have run down my cheeks over months
travelling from town to town.
They tell me they are stranger here,
hanging their word for such things
in the cool night air, between the beard-stroking
and the young eyes of the oldest among them.
They say soon they will leave me,
but I am to keep feasting in their absence,
that someone will come and I must invite him in,
I must not say too much, but feed him and afterwards
dry his tears. Before I leave, I must tell him
this is his home now, that he is no stranger here.
They say, none of this is strange.
They say, they will wait for me in the next town
with their gentle hands and playful eyes,
that the train will take me there, and on the way
I can listen to the old man’s crying
and let the lightness of night find my face,
I can remember the feasts from home,
and wait for silence to have its fill.
They tell me, when we meet in the next town,
they will explain it all.

 

Carta a casa /4
 
Estás cerca,
tu aliento agitándose
entre los cedres
de ochocientos años de edad,
piedras
erosionadas
por cosas invisibles,
particulas de arena
y rocas,
flotantes
en la brisa,
la insignificancia
definiéndolo todo,
aquí donde un poeta
observó
nada
más
que el paso
de una estación,
y el aire otoñal
entibiando
el aliento,
y así
continuamos
nuestro ascenso lento,
un millar y
cuatrocientos
cincuenta escalones 
tallados en piedra
de esta montaña,
erigiéndose,
nombrando el templo
donde nos sentamos.
La vista,
el valle
que emerge,
hojas castañs
dadas
a un frío filoso y quemante,
el verde profundo
de los árboles añejos
en total quietud,
la brisaa ancestral
ahora corriendo veloz,
invisible y suave
a través de las piedras
suave a través
de la superficie
de nuestros ojos,
partículas
invisibles
interminablemente
borrando
cada
cosa.



Letter Home

You are close,
breath drawing
fast amongst
eight hundred
year old cedars,
stones
weathered bare
by invisible things,
specks of sand
and rock,
carried
on the breeze,
insignificance
shaping everything,
here where a poet
noted
nothing
more
than a season
passing
and autumn air
warmed
on breath
and so
we continue
our slow ascent
one thousand
four hundred
and fifty steps
of stone hewn
from this
mountain
rising
naming
the temple
where we sit
the view
the valley
appearing now
russet leaves
given
to a sharp cold fire
the deep green
of ancient trees
holding still,
the ancient breeze
running fast now
smooth and invisible
across stones,
smooth across
the surfaces
of our eyes,
invisible  
flecks
endlessly
erasing 
each
thing.

 

Carta a casa /6
 
La primavera empiiza su lento striptease.
La gente con menos ropa cada día.
 
Los pesados abriigos de lana dan paso al algodón,
a las líneas curvas de caderas, pechos y nalgas.
 
Escucho la música que me enseñaste,
esa que se ubica lentamente entre cada cosa.
 
Esas palabras extrañas –Gentileza, amistad,
afecto –todavía más extrañas al decirlas
 
en la lengua que se habla aquí.
Sentado percibo el oleaje de la gente,
 
a ratos saboreándolo con una sonrisa
o con el trunco lenguaje
 
que estoy aprendiendo, confíanza
y gentileza hablan por todas partes,
 
Atento escucho expresiones de mi país
transformándose en otro lenguaje
 
entre amigos conversando
amontonados, la percusión suave
 
de una pareja joven, protejiéndose
del crudo ambiente invernal.
 
Desplazo mis dedos a lo largo de palabras
como si cada palabra fuera una plegaria.

Letter Home

Spring starts its slow striptease.
Each day people are wearing less,

thick woollen coats give way to cotton,
irmer lines of hips, buttocks and breasts.

I listen for the music you taught me,
one that settles slowly between each thing.

Those strange words — kindness, friendship,
care — stranger  still  spoken

in the language spoken here.
I sit sensing the tide of people,

sometimes testing it with a smile
or with the broken language

I’m learning, trust
kindness speaks anywhere.

I listen carefully to idioms of home
rising in another language

between friends huddled 
in conversation, the gentle percussion

of a young couple sheltering
from late winter air.

I run my finger along words
as if each word was a prayer.